Las salas IRM (Imagen por Resonancia Magnética) son espacios creados para llevar a cabo exámenes de resonancia magnéticas. Estas son unas pruebas no invasivas que los médicos utilizan para diagnosticar enfermedades.
El paciente es trasladado a una sala (con accesorios antimagnéticos) especialmente aislada para llevar a cabo el examen. Tras ser introducido en el imán con la ayuda de la camilla que integra la unidad, el equipo se traslada a la sala técnica para empezar el procedimiento.
La RMN emplea un campo magnético potente, pulsos de radiofrecuencia, y un ordenador para crear imágenes detalladas de las estructuras internas del cuerpo sin necesidad de utilizar rayos X.
La IRM hace servir imanes poderosos para generar un campo magnético que obliga a los protones en el cuerpo a alinearse con el mismo. Al lanzar las ondas de radiofrecuencia través de un paciente, los protones son estimulados y giran desequilibrados contra la fuerza del campo magnético. Los sensores de IRM son capaces de detectar la energía liberada mientras los protones se realinean con el campo magnético tras apagar el campo magnético.
El tiempo que tardan los protones para realineares con el campo magnético y la cantidad de energía liberada, cambian dependiendo del entorno y la naturaleza química de las moléculas. Estas pruebas son de gran utilidad para los médicos ya que ellos son capaces diferenciar entre los varios tipos de tejidos basados en estas propiedades magnéticas.
Los medios de contraste son utilizados para dar brillo y claridad a la imagen. Se pueden administrar al paciente por vía intravenosa, antes o durante la IRM, para aumentar la velocidad a la cual los protones se realinean con el campo magnético.
La sala RMI está compuesta por un mínimo de dos habitáculos. El principal es la sala de exploración, donde se situará el imán. Esta sala está aislada del resto de las instalaciones por materiales aislantes, lo que se conoce como una Jaula de Faraday . El aislamiento de este tipo de salas es de importancia capital debido a la radiación que emiten estos equipos de radiodiagnóstico.
La segunda sala es la de control, donde el equipo desempeñara las tareas de ejecución y supervisión del examen. Entre esta sala y la principal encontramos normalmente un cristal especial que permite controlar de manera exhaustiva las operaciones.
Anexa a estas dos salas tenemos la sala técnica. Esta sala no está directamente relacionada con el desempeño del examen pero al albergar todo el equipo técnico que permite desempeñar las tareas. En ella podemos encontrar los armarios desde los que se controlan el imán principal, los gradientes magnéticos y el sistema de radiofrecuencia.
Fuera de este trío de espacios, normalmente pegados entre sí, podríamos encontrar la sala de espera, donde los pacientes esperarán a ser atendidos por el personal.
En espacios cerrados como el que tratamos aquí, la renovación del flujo de aire y la depuración del mismo son cruciales para garantizar un ambiente adecuado. Para ello se instalan Unidades de Tratamiento de Aire y climatización HVAC con las que aumentar la calidad de los ambientes de resonancia magnética.
Una correcta iluminación de las salas IRM contribuye a la seguridad de las tareas de inspección pero también a crear un ambiente de relajación en el que el paciente se sienta con comodidad durante el tiempo que dure el examen médico.
Las Jaulas de Faraday son una parte fundamental de la Resonancia Magnética, ya que su misión principal es la de actuar como blindaje RF, cuyo objetivo es eliminar las interferencias electromagnéticas o de radiofrecuencia exteriores para que no puedan afectar a la realización de imágenes médicas.
El Tubo de Quench es un sistema de seguridad fundamental en cualquier instalación de resonancia magnética. En una emergencia, como la pérdida repentina del campo magnético, el helio líquido utilizado en el escáner tiene que ser expulsado directamente a la atmósfera.
En el proceso de ‘enfriamiento’, el helio líquido pasa rápidamente de estado líquido a estado gaseoso y se requiere su evacuación inmediata al exterior a través del Tubo de Quench.
Los detectores de metales para salas de resonancia magnética son sistemas complementarios de seguridad pensados para alertar de la entrada de objetos metálicos de manera eficiente y evitar interferencias con el equipo RMN. Se colocan en el acceso a la sala de exploración para pacientes y personal.
Los chiller para RMI son equipos diseñados para el enfriamiento constante del agua interna de refrigeración, que permiten garantizar el perfecto funcionamiento del sistema y equipos radiodiagnóstico por imagen y radioterapia, incluyendo resonancia magnética, tomografía, Pet y aceleradores lineales.
En este tipo de salas es necesario que los elementos que se introducen o operan estén hechos de materiales antimagnéticos. Algunos àmbitos de uso son:
En las salas de resonanci magnética, la monitorización de los niveles de O2 con detectores de oxigeno es crucial para asegurar la integridad tanto de pacientes como de personal en sala. Es por ello que es habitual un sensor que es monitoreado desde la sala técnica y avisa de manera automàtica ante cualquier situación de peligro.
Imagen: elhospital.com
Fuente: fundavita.org.ar
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